Soy un estudiante de
Administración y Dirección de Empresas, y me metí en esta carrera (tras mucho
investigar antes de decidirme, me di cuenta de que se aprendía más “economía”
aquí que en la carrera de Economía propiamente dicha) para intentar comprender
qué es y cómo funciona todo eso de la economía, que me fascina. Y es que todo
acaba pasando por la economía: controla el mundo y cada movimiento que hacemos,
decide el destino de los millones de habitantes de este planeta día a día. Y
eso es bueno, debe existir la economía, es la base para toda sociedad
organizada.
Pero hoy en día la economía se
encuentra alienada respecto a su función principal. Según la RAE, la economía
es la “ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las
necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos”. Pero
la realidad es muy distinta. Recalco eso en negrita porque esta economía NO es
eficaz. Bueno, quizás unos pocos te dirían lo contrario: para ellos sí lo es.
Una de las primeras cosas que me
enseñaron en algunas asignaturas de mi carrera fue algo que me impactó bastante:
“para una empresa, dejar de ganar se
considera pérdida”. Por eso podemos ver como Telefónica redujo en un 20% su
plantilla en 2011 habiendo obtenido en el ejercicio anterior 10.167 millones de
euros como beneficio. Una persona de a pie se escandalizaría (yo mismo lo hago),
pero en la jerga económica, ellos ganaron menos que en 2009, así que ven
justificados los despidos. Y lo pueden hacer sin miedo a represalias: están por
encima de nosotros en la pirámide de la
soberanía mundial.
Pero estas empresas están atadas
al siguiente escalón de esa pirámide. ¿Quién le da dinero a esas empresas para
pagar, entre otras cosas, las cientos de indemnizaciones por despido que tanto parece
que necesitan? Los bancos. Esos
queridos amigos nuestros (nótese la ironía) que nos guardan el dinero y lo
reinvierten. Quién sabe dónde puede acabar; quizás, en forma de préstamo a una
empresa, en la construcción de una fábrica en China donde exploten a los
trabajadores. Y todo sin mi permiso, oye. Y sin poder hacer nada para evitarlo
que no sea guardar mi dinero debajo del colchón. Pero ellos ya han inventado su
sistema para que si no metes el dinero en sus arcas acabe perdiendo valor.
Perfecto, está todo controlado, ¿no?
Aún no. Queda un último eslabón
(no me quiero meter en las teorías conspiratorias de los Illuminati que
controlan el mundo en la sombra ni cosas de esas): las desconcertantes agencias de calificación, e incluso aún
más arriba, el FMI y el Banco Mundial
(de los que no me pondré a hablar porque se me quedaría corto el blog, pero he
de decir que están controlados por los mismos bancos estadounidenses, es decir,
los que inyectan dinero a las entidades financieras son los mismos que las
controlan, e incluso me atrevo a decir que la crisis económica la han incentivado
ellos para lograr un mayor control sobre las empresas y la población).
Y aquí quería yo llegar:
¿agencias de calificación de riesgos? ¿Empresas que declaran que un país va mal
y PRECISAMENTE por eso ese país acaba yendo mal? ¿Empresas que con abrir la
boca hunden economías enteras? Ni los reyes medievales tenían tanto poder. ¿Quiénes
están detrás de todo ese entramado? Gente sin escrúpulos, sin una pizca de
humanidad, que se hacen más y más ricos a costa de la miseria de países y de
seres que, aunque cueste creerlo, somos de la misma especie que ellos. Ya no existen naciones, no existe la
izquierda y la derecha, ni siquiera existe la democracia como tal; tan sólo
existen Standard & Poor's, Moody’s, Dow Jones, y deuda, mucha deuda. Ellos
son los verdaderos líderes del mundo, y se hacen llamar mercados.
Y nadie se levanta contra ellos,
cuando deberían de ser juzgados y encerrados de por vida para que no vuelvan a
ver la luz. Pero lo tienen atado y bien atado: todo está pensado para apaciguar
a las masas. Los medios de comunicación, comprados en su gran mayoría, nos
muestran que sus decisiones, aunque nefastas, son normales y llenas de toda
lógica financiera (sí, de esa que no entiende nadie), y así tranquilizan a un
amplio sector de la población que se ha dejado lavar el cerebro por culpa de la
televisión y demás medios.
Este es el mundo en el que
vivimos. Se ríen de nosotros continuamente. A cada momento que nos ven haciendo
malabares para llegar a fin de mes, a cada día que creemos en nuestra libertad,
a cada instante que votamos en las urnas. Porque sí, los políticos no son más
que marionetas que están ahí para hacernos creer que tenemos el poder. Porque
si Rajoy obedece a Merkel o a Obama, es porque éstos obedecen nada menos que al
poder financiero mundial del que ya he hablado antes. Son los portavoces,
quieran o no, de esa potestad oculta. Tan sólo hacen lo que les mandan, si no
quieren que su país se vea con poca confianza desde el ojo de los inversores. O
para no perder sus privilegios en forma de dinero y lujos, que tampoco son
pobres víctimas del sistema sin más.
Pero aquí llega la otra cara de
la moneda. Y es que si alguno pensaba que no había nada que hacer, que las
manifestaciones al final no servían de nada, que nada podía ya cambiar, y caía
en la resignación, apareció de pronto (y con poca repercusión en los medios,
por cierto) el ejemplo de Islandia.
En esa pequeña isla se levantaron contra
el gobierno y contra los bancos, y ahora en el banquillo de los acusados
está el ex primer ministro islandés así como los directivos del principal banco
del país, que tuvo que ser rescatado. Además, se han negado a pagar sus deudas
con Europa y se va a redactar una nueva Constitución. Esto es lo que hace falta
a nivel mundial. Se acabó el ser esclavos de una economía que debería estar
construida para beneficiarnos a todos. La deuda ha sido la herramienta de los
poderosos para someternos a todos, son las cadenas del pueblo. Muchas veces he
tenido la opinión de que aquí o hay una verdadera revolución a la antigua
usanza o no arreglaremos nada, pero aún creo que hay formas de lograrlo
pacíficamente, hay que seguir el camino de los islandeses; si ellos lo han
logrado, ¿por qué no nosotros?
El ex ministro de Islandia está
siendo juzgado por negligencia durante su mandato. Esto quiere decir que aunque
los políticos no tengan total poder de decisión, sí pueden sublevarse contra lo
que les presiona, y por lo tanto deberían ser vetados en caso de no hacerlo, ya
que para algo les elegimos. No nos engañemos: existen políticos honrados, pero
aún no han llegado al poder. El que llegue hasta arriba y logre permanecer fiel
a sus ideales sin dejarse extorsionar, se ganará mi respeto. Pero de esos,
pocos hay.
Y con esto llego a la parte final
de mi reflexión: voy a darle un pequeño voto de confianza al PP y voy a pensar
que antes de conseguir el poder de verdad creían en su programa electoral, que
pensaban ponerlo en práctica. Pero han llegado, y lo que han visto no ha sido
la “herencia de Zapatero” con la que tanto se justifican. No; han visto cómo,
de la misma forma que al PSOE, les imponen desde arriba unas medidas totalmente
injustas con la población, y no han sido capaces de decir que NO.
¿Cómo es posible que un Gobierno
que garantizó en reiteradas ocasiones que no subiría el IVA, que no haría
políticas en contra de los pensionistas o que no tocaría ni educación ni
sanidad haya incumplido todas y cada una de sus promesas en menos de 6 meses y
siga en el poder? ¿Por qué no veo a toda la cúpula del PP (y del PSOE en su
momento, ojo) en el banquillo como está sucediendo en Islandia? ¿Qué democracia es esta en la que se ríen
de nosotros, nos mienten, nos reducen a la miseria, y encima SIGUEN AHÍ ARRIBA?
¡A moverse, joder! Plantémonos en frente del Congreso de los Diputados durante
días y noches, hagamos huelgas no de un día, sino indefinidas: ¡aquí no trabaja
nadie hasta que paguen los culpables de todo esto! Se hacen cajas de
resistencia como antes y a ir tirando. Pero en este país eso es imposible: las
manifestaciones serían paliadas por una policía a la que necesitamos a nuestro
lado, ya que estoy seguro de que muchos piensan como nosotros; y el seguimiento
de la huelga disminuiría al tercer o cuarto día hasta desaparecer. Que no me
puedo perder el Sálvame, no me jodas, y además este domingo juega el Madrid.
Sin embargo, tengo esperanza en
que todo esto cambie. El 15-M el año pasado me ilusionó, y aunque acabó
diluyéndose por decisiones poco acertadas, confío en que las generaciones que
venimos sepamos cómo actuar para acabar con todo esto. Hace falta una nueva revolución, a nivel mundial, al estilo de la
Revolución Francesa, y quien niegue esto o está ciego y no ve lo que se nos
viene encima o ha decidido vivir en un estoicismo que no le llevará a nada.
Para terminar, decir que muchos
de los que defienden este sistema económico dicen que nos quejamos porque no lo
entendemos. Pues por eso estoy estudiando lo que estoy estudiando. Espero
entenderlo algún día. Pero me da la impresión de que no van a convencerme de
que tal como está esto es bueno para la sociedad. Cabezota que es uno, oye.
Como
conclusión, termino con una gran frase de la canción Peace Sells de Megadeth: “If there's a new way, I'll be the
first in line, but it better work this time”.
PD: Si después de todo este tocho habéis llegado al final, aparte
de agradecéroslo, os dejo un vídeo que me gustó bastante porque explica muy
bien quién tiene el poder del mundo en estos momentos y cómo actúa para lograrlo: