salen tímidas las estrellas,
anunciando al sol su llegada,
tiñendo el cielo y dejando caer
un telón inmenso de centellas.
Cae la noche, y con ella
la memoria traicionera
devuelve a nuestras mentes
los vestigios del último adiós,
de esa alegría ya forastera.
Cae la noche, y con ella
la obra concluye y las luces se apagan;
los melancólicos sus penas ahogan,
y los valientes encuentran la salida,
y dejan escapar tanta rabia contenida.
Cae la noche, y con ella
se hace la oscuridad que ilumina
a aquellas almas en dolor curtidas,
que saben quiénes son y a dónde van
en ese laberinto que es la vida.
Cae la noche, y con ella
el recuerdo del último amanecer.